Se supone que conforme pasan los años, debería ser más sencillo recordar detalle a detalle cada memoria de nuestra vida. Y tal parece que la negación y el bloqueo han llegado a tal grado de que no recuerdo exactamente mis profesores, sí sus nombres y sus caras, mas no el orden en que fueron mis mentores. Entre otros detalles...
Cuarto año. Creo que fue aquí quien tomó el mando del grupo la "Miss Eunice" después de que "Miss Dalia" desapareciera misteriosamente. A esos años, puedo recordar un poco mejor los nombres que sólo citaré sin apellidos y de a uno: Omar, Giordana, Karla, Fabiola, Dulce, ¿Miguel?, Denisse, Danae, Dessiré.
No sé, sinceramente no me pareció la más exigente profesora de la primaria, siendo quien me hizo más daño la de segundo año. De hecho su fama era de exigente y enojona, conmigo no fue así hasta donde recuerdo. Lo relevante de ese año se resumió a una sóla palabra: Amor. Sí, fue a estas alturas que comencé a sentir lo que... creo, que fue "enamoramiento". Una compañera citada entre ese grupo previo, comenzó a invadir mi mente, y mi inocencia la dejó pasar por inexperiencia: "¿Pero qué es ésto? *N* es muy bonita, creo que... ¿me gusta? ¿es ésto el amor? wow... quisiera que fuera mi novia". Así sin oponer resistencia, tal y como lo hacen los adolescentes experimentados cuando quieren evitar sufrir.
Los años previos me inundaron de timidez, fruto de los seguidos "cállate, te vamos a encerrar en un manicomio", "deberías cantar ópera, gritas mucho". Así que ese "primer enamoramiento" que debería ser recordado con alegría, para mí no fue mas que una cadena de sufrimiento: El sufrimiento de ser un perdedor ante sus ojos, el de imaginar las mil cosas negativas que me diría si se lo llego a decir, la burla que sería en todo el grupo porque para todos era yo un perdedor. Pero el mayor sufrimiento de alguien tan introvertido como yo era el mismo en común entre los de mi tipo: el sufrimiento de no poder decir lo que sentimos, por nuestra propia timidez.
Cada año me dedicaba a imaginar cómo sería decirle mis sentimientos y que mágicamente ella me acepte. Cantar canciones de amor e incluso llegar a llorar amargamente en mi cama, en la oscuridad de mi recámara y refugiado debajo de las cobijas de mi cama. Lloraba porque sabía que todo eso era una fantasía, que jamás podría siquiera estar a su lado por más de unos cuantos segundos.
Quinto año. Nada relevante, al parecer fue el primer profesor masculino que tuve: Trinidad. Se dedicaba a insultarme un par de veces cada medio año. Realmente no recuerdo demasiado sobre él, mas que la apertura sexual inicial de mis compañeros y sus comentarios inadecuados, para luego culparme a mí de lo que decían y yo terminar regañado.
Una vez salí a beber agua al garrafón escolar, el cual bastaba siendo una escuela pequeña. Detrás de mi salió una compañera, quien me preguntó: "Luis, ¿quién te gusta del salón? ¿'N' verdad?". Yo me sorprendí al saber que lo supo, y un frío recorrió mi espina dorsal. Me dediqué a negarlo hasta el cansancio y luego volver al salón. Creo que todos se habían dado cuenta, pues una vez, como a 5 metros de distancia, miré de reojo como un compañero se acercaba a "N" y le decía algo al oído, seguido de un "pobre José Luis" por parte de ella. Realmente nunca estuve en riesgo de volverme un psicópata acosador, solo la admiraba en secreto.
Sexto año. Nada interesante realmente... no recuerdo algo en particular, salvo una pastorela donde abiertamente el profesor Trinidad volvió a insultarme: "eres un tonto, tarado, idiota". Con ese volumen que era ascendente, comenzando con el "eres un" a un volumen normal y terminar el "idiota" a poco de ser gritado.
En mis momentos de soledad, sabía que era el último año que vería a "N". Pero en vez de luchar, preferí ocultarme y tragarme mis sentimientos jovenes. No quería ser el ridículo. Así, en silencio, le deseé muy buena suerte fuera donde fuere, y se alejó de mi vida y mis recuerdos.
Terminé la primaria con un 8.8 que dicen, no reflejaba mi verdadero potencial, pero que quizá buscando la causa, podríamos encontrar una explicación.